IDA
VUELTA
VALENCIA-MANISES-RIBARROJA-PEDRALBA- BUGARRA-CHULILLA-BUGARRA-PEDRALBA-RIBARROJA-MANISES-VALENCIA.
Al igual que para el resto del verano, a las 6:45, era la
hora acordada para la salida, un buen madrugón
y una perspectiva de sol y unos 140 Km . por delante.
Los primeros kilómetros, tener precaución en el cruce del
cauce del río de la Av. Del Cid
a la NIII, aunque a estas horas apenas había tráfico.
Como se aprecia en el
grafico de elevación, prácticamente estamos subiendo todo el tiempo, los
primeros repechos están llegando a Ribarroja. Creo que fue a la salida de este
pueblo cuando sin poder esquivarlo pise con la rueda delantera un trozo de
chapa con el que pinché. El trozo era rojo, y siguiendo con el símil de la
semana pasada, bien podría ser un trozo de carbono del equipo Ferrari, jeje,
esta vez estábamos más agrupados y con más gente se procedió a la reparación,
aunque algunos aprovecharon para discutir sobre los idiomas oficiales, el sexo
de los Ángeles, o la falta de presión en mi neumático, (esto último tengo claro
que mi Manager Pedro, tenía razón).
Por uno de los pueblos que pasas, y que no estoy seguro si
es Pedralba, es curioso que en la carretera que cruza el pueblo, en el sitio de
la acera, exista un canal con bastante agua.
Además de los repechos, existen un par de puertos que sin
ser muy fuertes, si que te desgastan, además como sabía de lo largo de la
etapa, intentaba dejar algo en la recámara, aunque el amigo Juan (el Maestro),
estoy seguro que con muy buenas intenciones, NO ME DEJABA RECUPERARME.
Llegando a Chulilla, fuimos yendo por unos caminos entre
naranjos, almendros y vides, dirigidos por el Cabo y Alberto, que si bien
apenas tenían trafico, sería imposible que yo pudiera recordarlos.
Es una lástima que los montes por los que se accede a
Chulilla estén quemados, pues aunque ha estado lloviendo bastante durante el
invierno y la primavera, solo están los troncos negros.
En la entrada a Chulilla, a la izquierda hay una vista de
las casa muy parecido a las casas colgantes de Cuenca, y sorprende el único
semáforo del pueblo para permitir el paso en un único sentido por el centro del
pueblo.
Llegamos al bar que normalmente acude la peña, pero para
nuestra sorpresa estaba cerrado en obras, se decidió bajar al balneario que
está descendiendo unos seis quilómetros hacia el río, las vistas del río son
chulas, y el Túnel del Amor de entrada a la recepción del balneario también, ¡Lastima
que no tuvieran pan!, me cachis , otra vez al pueblo, esta vez en ascenso,
bueno tras pasar el mencionado semáforo se accede a una plaza donde existen
barios bares con terraza, hambrientos y agotados tomamos uno el Tito`s, el
pobre al principio se asustó (pues éramos unos 15), pero finalmente almorzamos
perfectamente .
La vuelta por el mismo recorrido de ida, empezó con el
pinchazo del Cabo, que unido al mío y al retraso en el almuerzo, hizo que
algunos ya se adelantaran sin parar al pinchazo.
En la imagen de la vuelta se aprecia mejor los repechos pues
aunque es casi todo en bajada estos se van notando, sobre todo casi al final,
llegando a Manises hay uno que te puede rematar. La entrada por la Avenida del
Cid a estas horas si que ya era un poco peligrosa aunque siempre mejor en grupo
que solo.
En las últimas salidas se han ido aumentando los kilómetros,
y yo notaba que en los últimos 25/30 Km. en la vuelta no podía, daba igual en
subida o en llano, en esta salida probé a llevarme barritas y geles tanto para
la ida como para la vuelta, y funcionó, está claro que el resto de compañeros
tienen más fondo, más práctica, y que en una subida me dejan atrás, pero yo a
mi ritmo puedo seguir sin problemas, pero en esos últimos kilómetros, no se si
sería “la pájara”, pero no podía ni al mínimo. Creo que con esto puedo
solucionarlo, incluso creo que con la llegada del calor, teniendo en cuenta que
pueden ser trayectos de más de tres horas igual necesito llevar más agua, en
fin todo se andará, perdón, todo se ciclara, jeje.
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