VACACIONES VERANO

Por causas laborales y personales, llevo varias salidas sin poder acudir a ciclar con el grupo, y la verdad es que lo echo de menos, y para matar el gusanillo he pensado en dedicar esta página a mis compañeros de la peña y como no a todos esos miles de cicleros, hombres y mujeres anónimos que independientemente de sus problemas personales, trabajo, edad, educación, características de la bicicleta, etc., utilizan la bicicleta para mantenerse en forma y como vía de escape. No salen en medios de información, y su único (que no pequeño), premio, es la satisfacción de día a día intentar mejorarse a si mismo.
En mi caso que salgo el sábado por la mañana, todo empieza el viernes noche preparándome la bici en el comedor, presión neumáticos, comida, así como la ropa, y demás accesorios para con mi madrugón no despertar al resto de la familia. Luego el sábado tras asomarme a la ventana para confirmar el tiempo, toca ponerse el traje de luces, y por fin saliendo a la calle escuchar el primer “clac” al colocar el pie en la cala, un pequeño impulso y el segundo “clac”, y ya de camino a buscar al grupo, empezar a sentir las sensaciones de rodar sobre el asfalto encima de dos ruedas con una superficie de contacto como mi dedo meñique.
Iniciamos en grupo la salida y hay momentos grabados en mi memoria, como cuando llegas a un repecho y notas un sonido como “rastrac”, cuando aumentas el piñón, y notas que es como una ola que se repite en todo el grupo cuando llegan más o menos al mismo punto de subida, y lo mismo que en una subida un coche cuando reduce la marcha luego tira una bocanada de humo negro por el tubo de escape, según sea el repecho, por la boca de algún ciclero también salen improperios (digamos palabrota, jeje). Otro momento importante es cuando por las características de la carretera, y del grupo, consigues formar un pelotón, con relevos, protección del viento, etc., como si fuéramos profesionales.
Tras la primera sudada llega reponer fuerzas en alguno de los miles de bares que existen, aunque alguna vez por alguna casualidad, parece que todos los cicleros acudimos al mismo, jeje. Tras una vuelta más o menos ajetreada y tras ir despidiéndote de los compañeros, llegas a casa, te desenganchas de la bici, miras el kilometraje conseguido, unos pequeños estiramientos en el patio y cansado pero contento concluye la salida.

Bueno, solo me queda saludar y desear unas felices vacaciones de verano a los compañer@s de la peña, y como no a todos los cicleros con los que te cruzas en la bici, incluidos los que no te saludan también, (por suerte son los menos), chao.

BARX

  IDA 




VUELTA




VALENCIA-SALER-PERELLO-CULLERA-TAVERNES DE VALDIGNA-SIMAT-BARX-SIMAT-TAVERNES DE VALLDIGNA-CULLERA-PERELLO-SALER-VALENCIA.

Solo acudimos ocho, a lo que a simple vista, solo tenia como punto fuerte el puerto a la llegada.
Como se aprecia en las imágenes, es prácticamente llano hasta la llegada a Simat, donde empieza el ascenso a la sierra del  Mondúver, hasta la llegada a Barx.
 A las horas que salimos estábamos prácticamente solos en la carretera, siendo un recorrido bastante cómodo, si no fuera por el aire que ya empezaba a fastidiar, pasando entre arrozales, la Albufera, y como no Cullera, con su nombre escrito en la montaña, y esa especie de manga de mar que entra y permite el atraque de pequeños barcos de recreo y pesca, seguimos entre naranjos, y tras pasar Tavernes, llegamos a Simat, con su Monasterio de Santa María de la Valldigna. El ascenso comienza con una rampa que hay que tomárselo con calma, pues luego es un zig-zag constante, donde el ascenso realmente se consigue en las curvas, siendo los tramos entre estas, prácticamente llanos, y sirviéndome por lo menos a mí, para recuperar, y poder subir relativamente bien. En la cima existe un desvío hacia una fuente y algo más que me dijeron y que tendré que volver para conocerlo. Con un pequeño descenso llegamos a Barx, donde al principio hay un bar donde almorzamos muy bien, y me llamó la atención que en la esquina de enfrente tenían una planta baja donde dejamos las bicicletas, (nosotros y bastantes más cicleros), y luego en el bar tenían una televisión desde donde se controlaban las bicicletas, en fin un detalle digno de agradecer.
En la subida ya me llamó la atención la vista del valle, pero en la vuelta, que salí un poco delante junto con el Tito Juan, al que me fue imposible seguir, y aproveche el descenso para apreciar el Monasterio, todo el valle, y entre las montañas, el mar, una vista realmente preciosa.
Realizamos una pequeña parada en Tavernes para reparar en una tienda de bicicletas bastante grande que hay en la entrada, la bicicleta de Ricardo (el cabo), pues en la parada en el bar se dio cuenta que había subido con la rueda trasera frenada “Ahí es nada”.
La vuelta nos la tomamos con calma, pues el viento molestaba bastante.

Ya en el cuarenta de mayo, es aconsejable llevar en la chepa, un pequeño dispensador de crema solar, pues ya se nota, yo utilizo un frasco de estos de plástico para líquidos que permiten en los aeropuertos.

CHULILLA

IDA




                                                                   VUELTA




VALENCIA-MANISES-RIBARROJA-PEDRALBA- BUGARRA-CHULILLA-BUGARRA-PEDRALBA-RIBARROJA-MANISES-VALENCIA.


Al igual que para el resto del verano, a las 6:45, era la hora acordada para la salida, un buen madrugón  y una perspectiva de sol y unos 140 Km. por delante.
Los primeros kilómetros, tener precaución en el cruce del cauce del río de la Av. Del Cid a la NIII, aunque a estas horas apenas había tráfico.
 Como se aprecia en el grafico de elevación, prácticamente estamos subiendo todo el tiempo, los primeros repechos están llegando a Ribarroja. Creo que fue a la salida de este pueblo cuando sin poder esquivarlo pise con la rueda delantera un trozo de chapa con el que pinché. El trozo era rojo, y siguiendo con el símil de la semana pasada, bien podría ser un trozo de carbono del equipo Ferrari, jeje, esta vez estábamos más agrupados y con más gente se procedió a la reparación, aunque algunos aprovecharon para discutir sobre los idiomas oficiales, el sexo de los Ángeles, o la falta de presión en mi neumático, (esto último tengo claro que mi Manager Pedro, tenía razón).
Por uno de los pueblos que pasas, y que no estoy seguro si es Pedralba, es curioso que en la carretera que cruza el pueblo, en el sitio de la acera, exista un canal con bastante agua.
Además de los repechos, existen un par de puertos que sin ser muy fuertes, si que te desgastan, además como sabía de lo largo de la etapa, intentaba dejar algo en la recámara, aunque el amigo Juan (el Maestro), estoy seguro que con muy buenas intenciones,  NO ME DEJABA RECUPERARME.
Llegando a Chulilla, fuimos yendo por unos caminos entre naranjos, almendros y vides, dirigidos por el Cabo y Alberto, que si bien apenas tenían trafico, sería imposible que yo pudiera recordarlos.
Es una lástima que los montes por los que se accede a Chulilla estén quemados, pues aunque ha estado lloviendo bastante durante el invierno y la primavera, solo están los troncos negros.
En la entrada a Chulilla, a la izquierda hay una vista de las casa muy parecido a las casas colgantes de Cuenca, y sorprende el único semáforo del pueblo para permitir el paso en un único sentido por el centro del pueblo.
Llegamos al bar que normalmente acude la peña, pero para nuestra sorpresa estaba cerrado en obras, se decidió bajar al balneario que está descendiendo unos seis quilómetros hacia el río, las vistas del río son chulas, y el Túnel del Amor de entrada a la recepción del balneario también, ¡Lastima que no tuvieran pan!, me cachis , otra vez al pueblo, esta vez en ascenso, bueno tras pasar el mencionado semáforo se accede a una plaza donde existen barios bares con terraza, hambrientos y agotados tomamos uno el Tito`s, el pobre al principio se asustó (pues éramos unos 15), pero finalmente almorzamos perfectamente .
La vuelta por el mismo recorrido de ida, empezó con el pinchazo del Cabo, que unido al mío y al retraso en el almuerzo, hizo que algunos ya se adelantaran sin parar al pinchazo. 
En la imagen de la vuelta se aprecia mejor los repechos pues aunque es casi todo en bajada estos se van notando, sobre todo casi al final, llegando a Manises hay uno que te puede rematar. La entrada por la Avenida del Cid a estas horas si que ya era un poco peligrosa aunque siempre mejor en grupo que solo.

En las últimas salidas se han ido aumentando los kilómetros, y yo notaba que en los últimos 25/30 Km. en la vuelta no podía, daba igual en subida o en llano, en esta salida probé a llevarme barritas y geles tanto para la ida como para la vuelta, y funcionó, está claro que el resto de compañeros tienen más fondo, más práctica, y que en una subida me dejan atrás, pero yo a mi ritmo puedo seguir sin problemas, pero en esos últimos kilómetros, no se si sería “la pájara”, pero no podía ni al mínimo. Creo que con esto puedo solucionarlo, incluso creo que con la llegada del calor, teniendo en cuenta que pueden ser trayectos de más de tres horas igual necesito llevar más agua, en fin todo se andará, perdón, todo se ciclara, jeje.