Hola Cicleros.
Este verano he podido cumplir unos de los sueños de
cualquier ciclista de carretera, la ascensión de unos puertos míticos, que
todos hemos visto por la tele, y soñado con subir.
Aunque iba un poco
preocupado porque hacía un mes que tras la Rompecadenas avía levantado el pie del
pedal, contaba con el compact 34/50 y piñones 11/28, y no savia si seria suficiente,
y sobre todo la falta de costumbre de atacar unos puertos tan largos.
Finalmente fue mejor de lo soñado, no importo que el primer día
en el Tourmalet tuviésemos ocho grados con una niebla que no te permitía ver más
de tres cuatro metros, (en agosto), y con el peligro que supone por los coches,
vacas y de más elementos con los que compartes la carretera, que en la bajada
terminase sin poder contener los tiritones, y entrando en un restaurante en
busca de una toalla y sopa caliente. Que el segundo día con la subida de los
puertos de Soulor y Aubisque sin estar apenas recuperado del día anterior y con
subida constante desde el kilómetro uno, casi llegásemos al hotel sin
posibilidad de cenar. Ni que el quinto día con más de treinta grados coronásemos
el Luz Ardiden y el Hautacan. Sí, fue mejor, por esas sensaciones cuando llegas arriba, sintiendo que puedes, por disfrutar cada descenso, por esas comidas de fiambre sobre la marcha jeje, por esas vistas impresionantes, que hace imposible escoger solo una, y sobre todo por esos dos amigos Pedro y Vicente, con los que he compartido y disfrutado esta semana y su capazo de recuerdos y vivencias que jamás olvidare.
COL DES TENTES
PIC DU MIDI
CIRQUE GABARNIE