SIETE AGUAS

IDA




VUELTA






TORRENTE, ALTO CALICANTO, GODELLETA, BUÑOL, SIETE AGUAS. BUÑOL, GODELLETA, MASIA DE CORTIXELLES, VENTA CABRERA, TORRENTE.


Con el sol en el horizonte, el fresquete de la mañana y con un nutrido grupo de cicleros afrontamos una etapa que era la primera vez que yo hacía, y cuyo final me avisaban sería duro.

 Al poco de empezar sin haber salido de la ciudad, el compañero Claude pinchó, en ese momento el equipo “Ferrari “realizo rápidamente el cambio de neumático, permitiendo que acto seguido, saliera disparado dejándonos a los tres con un palmo de narices, jeje, bueno, ocurrió más o menos así.

Primero tenemos la subida a Calicanto, pasas entre urbanizaciones y con sus rampas y la montañeta final, es mejor haber calentado antes de llegar, yo de todas formas pensando en el final de etapa me lo tome con calma. ¡Ah! por cierto cuidado con el semáforo en plena cuesta, mejor no pillarlo en rojo.

Tras coronar Calicanto bajamos girando hacia la derecha, llegando un momento que tras una curva muy cerrada a derechas llegas una zona de arbolado, y no se si un río, pero que se nota una bajada de temperatura, y una sensación de frescor como si estuvieras en una pequeña selva,  dura unos cientos de metros, para empezar a subir ya en busca de Godelleta. Si os fijáis en la imagen, la elevación es constante, y la verdad a estas alturas el fresquete de la mañana ya se echa de menos.

Por fin llegamos a Buñol, pues lo nuevo para mi era a partir de aquí. Nos sorprende un caballo suelto por la carretera, y varias personas intentando cogerlo, y después unas obras en el acceso al inicio del ascenso hacia Siete Aguas, obligándonos a un pequeño rodeo del pueblo. La carretera es la antigua Nacional, y discurre paralela a la Autovia de Madrid, aunque el asfalto no está en muy buenas condiciones a causa me imagino de la falta de mantenimiento al no ser ya tan transitada. Lo dicho sin apenas tráfico, con tramos de dos carriles por sentido, y si no fuera por el enorme puente de la autovia, unas vistas fantásticas con una especie de capilla con un santo en medio del camino.

Emprendí la subida a mi marcheta, unos tramos con el apoyo de Vicente, otros con el de Juan “el maestro”, incluso tengo que agradecer que un trozo tiraron de mi dos de la peña de Alfafar. Por fin llegas a la rotonda con la gasolinera y divisas el pueblo y piensas “lo conseguí”, y así es, si no fuera por un repecho a la entrada del pueblo que es el remate final, luego almorzamos bien, en un bar que hay en una plaza con una fuente.

Como podéis ver he conseguido grabar la vuelta, aunque tengo que cargar con otra batería y cambiarla en el almuerzo.

 La vuelta es con un tramo diferente a la ida, y aunque aparentemente es todo bajada, tiene algunos repechos que unidos a los quilómetros del día, me dejaban rezagado, teniendo que darle trabajo al bueno de Alberto que era el jefe de ruta.

Tengo que aclarar que arriba en las imágenes marca unas velocidades máximas de más de 70Km/h, en fin, no es que no crea en la fiabilidad de mi GPS, pero tengo mis dudas.

PUERTO MARIANET




Betera, Puerto Oronet, Soneja, Puerto Marianet, Azuevar

El día anterior estuvo alternando entre sol, tormentas y viento, éste amaneció sin apenas nubes , con fresco para las fechas que estamos, pero sobre todo con viento, un viento que al final de etapa, me pasó factura.
No se si por las tormentas del día anterior, por el viento o porque, pero acudimos solo siete a la etapa. Tras pasar Betera, seguimos a Náquera  y luego Serra, este pueblo tiene una curva a derecha con un desnivel de la leche, en otras rutas ya había pasado por este pueblo y ya me la esperaba, pero recuerdo que la primera vez casi me quedo clavado. Después viene el puerto del Oronet, si vas con calma tiene unas bonitas vistas, con alguna fuente, pinadas , etc. Luego bajas lanzado hacia Soneja, es aconsejable con la sudada que llevas, un chaleco, cortavientos, o en todo caso un periódico, con el que evitar quedarte pajarito, tras unos cuantos repechos y una buena bajada  llegamos a Azuebar, donde para mi sorpresa lo pasamos de largo hacia el Puerto del Marianet, llegando hasta la cima y dando la vuelta a buscar el bar en Azuebar, no recuerdo el nombre del bar pero está entrando por la primera calle a la derecha y al final, nos trataron muy bien, y por seis euros recuperamos las fuerzas.

Nada más terminar de almorzar te encuentras la anterior bajada transformada  en una subida donde las piernas protestan por la falta de calentamiento, pero bueno, pronto se remonta iniciando el retorno por Torres-Torres, Puzol y Valencia, realmente no habría sido muy duro de no ser por el viento que todo el tiempo de cara o lateralmente te va minando, a ello también ayudó el hecho que al ser menos gente no tienes la protección del grupo, además sin querer quitarme la parte de culpa que me corresponda, fue una desbandada, pues aunque siendo un grupo pequeño, realizando relevos a un ritmo cómodo para todos, habríamos llegado todos juntos sin tanto esfuerzo, en fin, no pretendo dar lecciones a nadie, pues soy el último en llegar, pero creo que podríamos mejorar.

ALCIRA


Torrente, Venta Cabrera, Montroy, Carlet, Alcira, La Casella.

Este sábado fue una salida nueva para todos, alguno conocía el sitio, pero no en bicicleta. Una vez pasado el conocido “barco”, y su corta pero exigente subida, pasamos  Montroy, y luego vienen unas zonas casi rectas con ligero descenso, donde realmente disfrute siguiendo a Pedro en la cabeza del grupo, realizando relevos, agazapándose en la bici detrás de otro, y esperando el momento de adelantarle para seguir con el ritmo, esa sensación de ir delante pensando que detrás tienes un grupo que esta avanzando en parte gracias a tu esfuerzo, (realmente se nota el esfuerzo contra el aire al ir delante).

Una vez en Alcira iniciamos un ascenso que aunque parece que no pero al final machaca, (o serán los 60 Km., que ya tienes recorridos jeje),  realmente es una camino que para una bici de carretera esta en unas condiciones un poco malas, pero bueno con cuidado con los agujeros llenos de piedras se puede ciclar, el recorrido entre naranjos, y pinares es realmente bonito, aunque en primavera con el naranjo en flor me imagino que más aun, al final hay una subida que bueno para algunos como el maquina de Pedro, la subieron sentados y con un piñón en la recamara, pero bueno para mi fue la puntilla.

En el final del camino esta el restaurante La Casella, en pleno pinar, donde algunos almorzamos una Caldereta de Jabalí que estaba para chuparse los dedos, al lado existe un campo de tiro al plato  y cerca nos dijeron que por un camino se llegaba a una reserva de animales, en fin, un sitio que seguro alguno vuelve más tranquilo con la familia.

La vuelta fue por la costa, Perelló, Pinedo, un poco atajando pues nos pillo el chubasco. Pasadas las dificultades del trozo con mal asfalto en la salida del restaurante, luego es un recorrido bastante tranquilo aunque con la lluvia, y los kilómetros hechos, en los últimos kilómetros algunos apretaron, pero yo no podía más de 31/33 Km./h, quedándome el ultimo. Llegué a casa empapado, echo polvo, pero con una sonrisa de oreja a oreja por las sensaciones de la etapa.

Puede parecer de locos el decir que en algunos momentos estas tirando del pelotón, y en otros estas el ultimo, pero realmente si el grupo esta organizado correctamente con puntos de control donde esperarse, con jefe de ruta alternativo que se queda en la cola, no hay motivo, ademas de los limites de cada uno, como para no disfrutar de los diferentes momentos de las salidas cicleras, pues tanto se disfruta delante, como digo en los párrafos anteriores , como en la cola, pelando al político de turno.







RIO JUANES





Torrente, Venta Cabrera, Cortichelles, Godelleta, Buñol, Alborache.

El sábado pasado no hubo salida ciclera, estábamos en alerta de lluvias, y aunque madrugué por si acaso, al asomarme al balcón estaba cayendo un chaparrón con lo que se anulo la salida. Pero esta semana si, con un buen solecito, y una pequeña brisa mañanera, si tuvimos salida. RIO JUANES.

Era la primera vez que hacia esta salida, y a las siete de la mañana más que fresquete hacia frío, pero bueno el sol predecía que luego haría calor, además los comentarios del resto de compañeros, sobre lo duro de la subida al final de la etapa pronto hizo que se me pasara el frío.
Como podéis ver en la imagen de la pendiente, prácticamente desde la salida vamos subiendo, no resulta pesado, salvo un tramo entre Torrente y el desvío de venta cabrera, un tramo que llamamos el barco,  luego un monte entre Godelleta y Buñol, y nada más pasar Buñol, cruzas el rió, dejando a la izquierda el pueblo y pasando junto a  una fabrica de Papel, por desgracia una más de las afectadas por la crisis y cerrada. A partir de aquí tenemos unos dos kilómetros, con un desnivel de unos 173 m,  después de la fábrica viene una curva a derechas donde tenemos que estar preparados con el cambio adecuado si no nos queremos quedar clavados, y así curva tras curva el primer kilómetro que  pienso es el peor, no puedo pasar de dar las gracias a Vicente que aunque podría haberlo subido con el plato, aguanto a mi lado dándome ánimos. En la bajada unas vistas a la izquierda que valen la pena, aunque con cuidado con las curvas cerradas, y ya llegamos a Alborache, al bar Los Abetos, donde almorzamos y nos juntamos con otros ciclistas que también están reponiendo fuerzas, además este bar es uno de los conocidos por la peña, por su buen trato y por estar en una  zona donde existen diferentes rutas con este punto de avituallamiento.
La vuelta fue por otra ruta, Alborache, Turis, Venta Cabrera, Valencia. Aunque de momento la batería no me da para grabar la vuelta, estoy trabajando en la solución.

Tengo que reconocer que lo mismo que estoy deseando que llegue el sábado para disfrutar de la salida, de la ruta, de cada repecho, de cada esfuerzo, de los piques entre compañeros, etc. También cuando escribo estas líneas es como si volviera a sentir y disfrutar, una pequeña parte de esos momentos.